El libro del camino al recto (VII)
Inmensa es la pose, eterno el devaneo.
mas lo inmenso y lo eterno no nace por sí mismo,
sino por el discreto gesto y al instante de regocijo.
Un abanico se despliega, pretende ser viento,
el orgasmo es marea que promete su regreso.
Por eso la posona se pone, el placer pospone,
diligente se empina, y se abandona al goce y la delicia.
lo pequeño y privado, lo que sueña y lo que esconde,
con la movida y la lamida, todo lo olvida,
y entera su vida, una noche, como una venida.
Etiquetas: JoTao
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