Los Renglones Torcidos de La Polari

Libreta de Notas de una Barbie Terrorista Virtual, Madama de transgeneros digitales y agitadora avant-pop.

8.28.2013

Protocolo H



Protocolo H


Tu amistad a menudo me ha herido el corazón Sé mi enemigo por amor de la amistad .

William Blake

Desconfío del lenguaje pues conozco "cómo hacer cosas con las palabras". Las palabras pueden crear afectos y sensaciones en el sujeto: Desaciertos, malas apelaciones, malas aplicaciones, mala ejecuciones, actos viciados, actos inconclusos, abusos, actos insinceros y desaciertos, forman parte de este catálogo. He de comenzar así para presentar el contexto en el que escribo, como una Barbarella eléctrica que se ha construido de lenguaje, bits e imaginería: Franka Polari. 

Esta hablante construida en páramos digitales ha intervenido la realidad y ha creado efectos indeseados. Con palabras se han roto amistades y con ello proyectos de solidaridad y afecto. Este fue el precio de descubrir a modular una voz y de comprender los efectos en los afectos de los sujetos. A través de las estrategias del camp en su sentido sontagiano, de la apropiación de lo abyecto y de la mezcla de registros del lenguaje hiperculto con el habla de la vestida, Franka Polari efectuó una crítica de las ideologías heterosexistas y los resabios patriarcales expresados en el masculinismo homofóbico de las comunidades virtuales de mediados de los 2000s.

La intervención en una comunidad en específico también alteró la vida de la persona detrás del personaje, como ya lo dije no sólo hubo rompimientos sino también encuentros y la creación de una serie de vínculos débiles, para hablar en los términos de Granovetter, por lo que Franka Polari se convirtió en un nodo donde concurría por igual la parodización de los estereotipos masculinistas como la maquinaria para acuñar  términos para brindar sabor particular a un sociolecto de la red, a la vez el espejo de la agresividad de la perra a la que busca neutralizar como el lugar donde ocurre el intercambio de palabras, ya sea como una agresión real o como un juego de florituras del lenguaje joto. 

Es con esta capacidad que vengo a exponer esta situación, porque miembros de una de estas comunidades virtuales, (algunos de los que aún recuerdan con detalle las injurias que les escupió la Polari) se han visto envueltos en uno de estos infortunios del lenguaje de los que hablo al principio. La situación ocurrió en una fiesta, donde I. bromeó con humor negro sobre la seropositividad y los antivirales, H. pensó que el hablante había hecho evidente el seroestatus de su interlocutor y procedió a derramar cerveza sobre él.

El tema del VIH/SIDA a muchos en las manadas homosexuales les provoca afectos doloroso. Es un tema muy sensible, y como Franka Polari, lo he utilizado de la misma manera que I., el supuesto ofensor de la historia.  Muchos de nosotros no vivimos el holocausto que fue tirar la agenda entera en los años 80s porque todos los amigos habían muerto. Muchos no han oído los chistes de los sobrevivientes, con un dejo de amargura y alegría al mismo tiempo. Me agrada esa  combinación de humor negro y camp de los jotas. El camp es reír llorando, vestir todas tus tragedias con glamour de periferia, es la mentira que dice la verdad llorando lágrimas a carcajadas y tiene el poder de exorcizar las sombras que llegan con la peste rosa.

Sin embargo también creo que la intimidad es un derecho fundamental, así como también creo que parte de la libertad de expresión es poder decidir qué decir y que no decir. Comprendo perfectamente el afecto despertado en alguien sensible al tema debido a palabras envueltas en ironía y acidez, por eso puedo entender cómo fue que se sintió H. 

Pese a todo el uso del camp y el perreo en el proyecto Franka Polari, tengo una búsqueda ética para desmontar el atavismo de la perra. No es mi manera de relacionarme ni con mis amigos ni con los conocidos ni con los desconocidos, es el momento justo para expresar el reverso del proyecto Franka Polari, esa búsqueda torcida e intimísima de un archipiélago de afectos, por no usar la expresión de manada del devenir perra. ¿Cómo ordenar los afectos? ¿Cuándo callar? ¿Cómo conciliar a los contrarios dentro de un archipiélago donde orbitan las conocencias, los amigos íntimos, las amistades eróticas, los amantes pasajeros, los amores platónicos, las infatuaciones, los dramas y las comedias?

Siempre me ha parecido que la expresión "poliamor" falla al tratar de expresar mi intención por una práctica mínima de una teoría del afecto, la que supongo apenas balbuceo y que tiene por piernas las políticas de la amistad de Derrida y la amistad como modo de vida de Foucault. La entrepierna tendría que ser forzosamente  la toma compartida de la Barra del Salón Marrakech a manera de metáfora de cuerpos involucrados en reconocimiento al otro en un flujo de deseo, repulsión y abyección, para ejecutar el placer dionisíaco de la semiosis queer.

Tampoco puede el término "poliamor" explicar mi visión sobre la relacionalidad homosexual, sus prácticas e ideologías. Veo a esta red orgánica atravesada por historias y neurosis compartidas, alambique en el que van y vienen  fluidos, una economía viral donde el VIH se ha convertido en un huésped de los ecosistemas sexuales que construimos con nuestras manadas: Grinderellas, Bañeras, Metreras, Monógamas Seriales, etc. Creo que los binarios  están idealizados y fijados, ya que Amigo/Novio no termina a reflejar las sutiles diferencias de las relaciones que se establecen dentro de esta red orgánica. Por el otro lado, el binario Amigo/Enemigo está imbuido de homofobia internalizada y del atavismo de la perra. 

Este año en la Marchita el cisma alcanzó su punto máximo, si bien esto responde a condiciones políticas particulares, me parece sintomática la imagen que se presentó en redes sociales a través de la etiqueta #PorBonita. En un video se mostró la agresión entre trans. Supongo que la idea de sororidad no es popular entre las mujeres trans, lo cierto es que la expresión de esta agresión pone de manifiesto como el atavismo de la perra destructora del Otro como premisa de la Eneamistad pone en riesgo el equilibrio de nuestra red orgánica de placeres/relaciones.

Siempre fue el objetivo de Franka Polari agotar el atavismo de la perra al saturarlo de significantes, capas y sentidos, creo que en estos tiempos es necesario hacer más explícito este objetivo para evitar la proliferación del cisma.

Es su momento de hablar.


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