Los Renglones Torcidos de La Polari

Libreta de Notas de una Barbie Terrorista Virtual, Madama de transgeneros digitales y agitadora avant-pop.

4.04.2014

El libro del camino al recto (XX)




Descarta la teoría torcida, olvida la melancolía.
¿Habría diferencia entre el aplauso y la hipocresía?
¿Habría diferencia entre el amor iluso y la perfidia?

Lo que a la obvia repugna no he de rechazar.
¡Ay, el placer en soledad tiene un final intestinal!

Las absurdas se contemplan, se imitan y disfrutan,
como quien no las bufa, la endulza y las adula,
como cuando trepo a la barra del marra con lujuria de arrabal.
Sólo yo en mi vida no doy cabida a la duda ni a la envidia,
desnuda en la venuda y sin tirria bien venida,
como la cara lavada de una obvia virginal,
como quien se jura artista pero no entiende una bienal,
como quien celebra el matrimonio y no tiene a quien amar.

Todas las obvias se juran con poses en abundancia,
sólo yo aparezco sin ganas de humillar.
Consideran mi danza la de una loca de atar
por bañarme en la ambrosía de la oscuridad.

Las absurdas se inventan para bajo las luces brillar,
sólo yo me muevo en las tinieblas dibujando mi fragilidad.
Todo el mundo se conforma con su felicidad,
sólo yo a mi tragedia en un bufe la logro parodiar.

Navego por los cuerpos como buque en alta mar,
a contracorriente,  sin destino y sin rumbo, la vida hurgo.
Todas las obvias en reinas, divas y señoras de un hogar,
sólo yo soy horrenda e imposible de tratar.
Sólo yo soy jota y tonta, pues de mí el veneno expurgo:
De la fiesta con furia, de la oscuridad con lujuria y del amor sin penuria me dejo alimentar.

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